miércoles, 25 de marzo de 2020

Buenos días mundo

Me comentan que estos días está lloviendo y hace feo en Valencia y que, incluso mejor porque así no entran más ganas, aún si caben, de salir a la calle. Y es que nos encontramos en un momento bastante delicado y difícil para un 2020 que yo, personalmente, pensaba que iba a ser la hostia. Pero bueno, resulta que en Nueva York también está lloviendo un día sí y otro no. La temperatura sube y baja, pero eso solo se nota cuando abres las ventanas de buena mañana para ventilar. ¿Será entonces que la tierra está respondiendo? ¿Será que está haciendo lo que le da la gana? No sé, el Teide apareció nevado el otro día. 

Vi un vídeo de Victor Küppers, si no lo habéis escuchado nunca os recomiendo alguna de sus charlas sobre la vida, así en general. Hace un par de días un grupo de expertos que hacen los TedTalks unieron fuerzas y hay varios vídeos en Youtube sobre estos tiempos que corren. Küppers es muy defensor de la actitud que le pones a la vida. Y en el vídeo que vi comentaba algo así como que necesitábamos un parón, pues oye, no puedo estar más de acuerdo. Todas y todos necesitábamos detenernos y contemplar nuestro alrededor. Escuchar a los políticos pelearse y darse cuenta de los incompetentes que son. Ver a los super mega famosos postear en Instagram y darte cuenta que ellos y ellas son iguales que nosotros y nosotras. Y así, un montón de aspectos, de gentes, de cosas que nos rodean día tras día y que no habíamos tenido tiempo de recapacitar. 

Como decía yo esperaba que este nuevo año venía cargado de promesas e inquietudes e iba a ser ¡insuperable! Los proyectos se truncan sí, porque como dice mucha gente, todo pasa por algo. Esto llega acompañado de una crisis mundial y peta, toca parar el mundo. Detenernos. Pensar pero sobre todo reconsider(nos) mucho. Y vivir... que en eso se basa todo momento.


Brooklyn, NY. Marzo 2020

lunes, 9 de marzo de 2020

Los días raros

Han tenido que pasar casi cuatro años para volver a escribir y publicar esta entrega.
Lo irónico de todo es que estoy sentada enfrente del banco donde Josh me propuso matrimonio en agosto del 2015. Además estoy escribiendo con un bolígrafo que dice Her Name Was Carmen (Su Nombre Era Carmen), es de un restaurante de Tribeca. Y para colmo, estoy utilizando la libreta que me dio Codorniu durante las jornadas de formación.
¿Por dónde empezar todo este caos? Miro a la estatua de la Libertad, me da el sol en la cara, respiro hondo, observo a la gente pasear en un día atípico para estas fechas en la ciudad. 20C grados, soleado y segundo día con el cambio de horario de verano en marcha. Vuelvo a mirar a mi izquierda donde refleja el sol con bastante intensidad en el East River. Hay barcos, helicópteros, gaviotas, palomas y una ligera brisa. Podría decirse que hace día de Fallas. Y una gran ‘mascletà’ ronda en mi cabeza estos días.
Las navidades pasadas por fin pude pasarlas en familia. Volví a Valencia después de seis años. Ilusión, anhelo y gran felicidad, así me sentía.
Un mes de entrevistas habían dado pie a un nuevo trabajo. Aprovechaba mis días en España e iba a Barcelona una semana para comenzar mi formación. Volvía a Brooklyn con las pilas super recargadas, con muchísima ilusión y entrega. Todo marchaba, 2020 iba a ser un gran año. Seguí la formación en California. Dos semanas en Napa. Reuniones, catas, informes y más reuniones.
Llegaban mis 35, en Las Vegas, sobrevolando el Gran Cañón. Estaba llena y dispuesta a comenzar este nuevo trabajo. No sé si la gran entrega, la experiencia, la inexperiencia, la ciudad... no sé qué pasó para que el 11 de febrero el proyecto se cayera y decidieran prescindir de mí. Entre tanto había ido a visitar Her Name Was Name pues algunos vinos estaban listados en su menú. Y desde entonces aquí estoy, perdida, confundida y desubicada.
Vuelvo a mirar a mi izquierda. El sol calienta y se nota en mis mejillas.
El 14 de febrero me crucé con mi ex marido. Él andaba con una cita, yo con mis amigas. Volví a verlo a la semana en el metro y el sábado pasado en Tomiño, una taberna gallega en Nolita. Después de los encontronazos, el sábado intercambiamos unas cuantas palabras en un ambiente bastante cordial y nostálgico.
Respiro profundamente y en mi Spotify suena Adam Worth de Litus. Dos días más y llevaré un mes desempleada en la ciudad más competitiva y dura del mundo. Y mientras, se me caen las lágrimas de alegría y esperanza pues acabo de recibir un mensaje confirmando una segunda entrevista con el VP de ventas para mañana. Deseadme suerte. Resiliencia.


Adam Worth by Litus https://youtu.be/4clGloeDt2Y

Buenos días mundo

Me comentan que estos días está lloviendo y hace feo en Valencia y que, incluso mejor porque así no entran más ganas, aún si caben, de salir...