sábado, 25 de enero de 2014

Ellos

Les apodan fríos, patriotas, competitivos, consumistas y cosmopolitas. Se cree, además, que sus vidas están llenas de estrés, de facturas que pagar y es difícil llegar a fin de mes. Que van tan deprisa que un pequeño empujón les irrita y hace gritar excuse you! (¡discúlpate!). Y es que sus vidas están llenas de rutina e independencia. Como por ejemplo, los largos paseos de largas distancias que, por suerte, subida en el metro te lleva a todas partes y, que por desgracia, debes coger a diario. Aunque también hay autobuses, trenes e infinidad de taxis. Quieren petróleo porque sus vidas están tan acomodadas pegadas a un vehículo que lo quieren además más barato porque el petróleo les rodea el mundo, su mundo. Se inventan motivos para invadir países. El país se compone de muchos estados y cada uno legisla a su manera. En algunos ya existe el matrimonio homosexual, el consumo propio de marihuana y alguna otra cosa más. El sistema les obliga a tener un seguro médico y por él pueden llegar a pagar hasta $4000 al mes. Pero puede que un mal día te arruine la vida. Puede ser que ese seguro no cubra la operación médica tras un accidente de coche. Puede ser que el banco te embargue la casa y te quedes sin hogar cuando salgas, vivo, del hospital. Además, de que pagas impuestos y más impuestos por todas partes. 

Hay locos, ricos, pobres, modernos, estrafalarios y trabajadores. Por la calle, a los locos se les ignora pero ¿será esa ignorancia la que les lleve a la locura?. Son educados, civilizados, morales y falsos. Son contradictorios. Hay arte en las calles, música, risas, olores y tráfico. Tienen nominaciones, galardones, galardonados y premios. Tienen los Oscars. De hecho, Captain Philips espera ser la película del año y no lo es. Están cansados de su nación. Esta película es por y para ellos, ¿pero dónde están las armas en la tripulación de la peli cuando cualquier ciudadano puede tener una en su casa?. Existen dichas contracciones. Hay pistoleros, bandoleros y policías. Éstos son una atracción turística y es que los turistas se hacen fotos con ellos. ¿Serán los policías tan famosos en algún otro lugar del mundo?.

Aquí, hay trabajo para todos. Trabajan todos los que quieren trabajar. Sin embargo, no hay derechos laborales y si los hay, son pocos. Tal vez, no hay discriminación a la vista pero quizás la haya. Acuden a restaurantes a diario y encuentras gran diversidad cultural. El camarero vive de las propinas. Las propinas son obligatorias indiferentemente si el servicio es bueno o malo. Será que el trabajo es valorado por el cliente y no por el empresario. Hay nuevos empresarios que entiende muy poco del negocio, que se aprovechan y que no saben gestionar. Ellos emprenden, se arriesgan. Ellos también fueron inmigrantes. 

"La vida es lo que te pasa 
cuando estás ocupado con otros planes"


Y entonces, un día cualquier, sumergida en la monotonía del día a día, siguiendo esa corriente esperas más de un minuto el siguiente metro que perdiste y ¡te da rabia!. Ya estás en su mundo. Pero mientras aguardas la llegada, un hombre asiático toca la guitarra española que ambienta la parada y la espera. Tienes a gente sentada a tu lado quienes se van al poco rato, suben en el tren que llega antes que el tuyo. Afortunados, piensas. Aunque no importa, faltará poco para el siguiente. Se están cerrando las puertas y te das cuenta que entre la gente hay un chico que escucha música a través de sus auriculares. El joven lleva un ramo de flores agarrado en su mano derecha. Su aspecto es medio punk, pantalones elásticos de pitillo negro, botas Dr. Martens granates, cazadora de cuero negra y pelo rizado largo. En ese medio minuto, se van cerrando las puertas a medida que suena el aviso. Me llama la atención que un chico con ese aspecto lleve flores ¿por qué? y se ha dado cuenta de mi sorpresa. Finalmente, las puertas se cierran. Me quedo pensando y esperando a que llegue, por fin, mi tren. Me impaciento pero una pequeña reflexión se ha apoderado de mí. El tren se oye llegar a lo lejos dentro del oscuro y sucio túnel. Éste sí que es mi metro y conforme entro, le digo a una señora que se le ha caído un papel naranja y ella lo recoge con mucho agradecimiento. Y no sé porque pero llego a la conclusión que, Estados Unidos, aún tiene mucho que enseñarme. Quizás por su gente, quizás por la mueca del chico o, por la señora o, por sus reacciones. No estoy segura. Ellos son sencillos, discretos, honestos, sentimentales y cobardes.

by Humans of New York




2 comentarios:

  1. Me gusta la forma que tienes de escribir bonito, sobre la cotidianeidad.

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  2. Muchas gracias. Si tienes algún tema que te interese, me lo comentas e intento explayarme un poco más. Saludos

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