Estoy
a punto de terminar mi viaje por Nueva Zelanda y empezar a escribir lo que
fueron y cómo fueron los siguientes meses viajando por el Sureste Asiático. Pero
antes he de contar mis últimos días en Kiwilandia,
Normalmente,
cuando se acercaba la noche de Reyes Magos, en Valencia, en mi casa, no paraba
de sonar el teléfono para concretar una cena por el barrio del Carmen o por el
barrio Xúquer. Pero desde que me fui de Valencia, ya hace unos años, que la
noche de Reyes es algo diferente para mí. Este año, concretamente, la pasaría
en una playa de arena negra acompañada de mi amigo Álvaro, un madrileño que
desde que llegó el pasado Octubre al país las cosas no le habían ido demasiado
bien. Desde Taupo, y tras haber hecho la travesía, volvía a Auckland para
reunirme con él e irnos de acampada. Y como no, hacía autostop a las afueras de
Taupo para que algún buen conductor me llevara a la sky city. Alexis y su amiga alemana, se unían al carro ya que ellos
iban a Rotorua, a unos 40 kilómetros de Taupo. Es por ello que costó más de 15
minutos a que parara un coche y nos llevara, en un solo viaje, a los tres. Éste
era Jean.
Jean. Conductor de Rotorua a Auckland.
NZ
Jean
iba subiendo hacia Auckland y Taupo pillaba de camino así que no le importó
llevarnos a los tres en el coche; tras hacer un poco de hueco en los asientos
de atrás ya que el chico iba de Wellignton a Auckland con todos sus enseres
acuestas. Jean estaba trabajando aquellos días en la película del Hobbit, realizando
los efectos especiales. Un japonés, residente en Nueva Zelanda cerca de 19
años.
El viaje desde Rotorua a Auckland fue muy interesante. Conversamos sobre la vida neozelandesa, sus pros y sus contras y soñamos con que un mundo mejor era posible si cada uno pusiera su buena voluntad a la hora de hacer las cosas… Solo eran sueños de dos viajeros…
El viaje desde Rotorua a Auckland fue muy interesante. Conversamos sobre la vida neozelandesa, sus pros y sus contras y soñamos con que un mundo mejor era posible si cada uno pusiera su buena voluntad a la hora de hacer las cosas… Solo eran sueños de dos viajeros…
En
Auckland me esperaba Álvaro y con él nos íbamos a Bethells Beach. Era viernes y
la playa estaba repleta de gente. De hecho, cuando atardecía y nosotros estábamos
a punto de buscar un sitio dónde acampar, nos topamos con un concierto al aire
libre, una caravana a modo de bar y vecinos comiendo, bebiendo y bailando al
son del jazz. Los residentes de aquella zona organizan cada viernes de verano
un concierto. Allí habían concentradas, al menos, tres generaciones que
llevaban viviendo en la zona algún tiempo.
Reyes Magos en Bethells Beach.
Norte NZ
Atardecer en Bethells Beach. NZ.
No
pudimos hacer mucho más debido a que los siguientes días llovió. Una vuelta por
los pueblos de alrededor y un poco
de acampada, en pleno verano, sirvió a Álvaro a que se motivara a viajar el
país y dejara Auckland. Mis Reyes Magos fueron mágicos en la playa y de
acampada, en un concierto de jazz a las afueras de la playa y terminado con una
intensa lluvia que duró más de 24 horas.
De
vuelta a Auckland me iría a visitar a mi amiga Laura, la viajera impulsiva
canaria pero afincada en Barcelona (de vez en cuando). A Laura la conocí en
Dunedin, donde pasó cerca de tres meses viviendo una de las peores experiencias
en Kiwilandia. Temas amorosos no la
dejaban escapar del pueblo, hasta que al fin, encontró su lugar en Waiheke
Island. Una isla a unos 20km de Auckland donde solo viven empresarios y algunos
hippies que se quedaron en los 70.
Auckland ciudad desde el ferry.
Con Laura en Waiheke Island. NZ
Me
fui un par de días a verla y de paso visité la bodega donde trabajaba al día
siguiente, Casita Miró. Allí pasé el día entero con un chico holandés, Daan,
quien había conocido durante mis días en Wellignton. Casualidad que nos
volvimos a encontrar para una cata de vinos y pasamos juntos un buen rato.
Casita Miró.
Waiheke Island. NZ
____________
S. Aparicio Ramírez
No hay comentarios:
Publicar un comentario