miércoles, 8 de febrero de 2012

Del Parque Nacional al concierto en Christchurch

Podría decir que el Parque Nacional, Abel Tasman, es, sin duda, uno de los más bonitos de ver en la isla sur. Aunque el primer día, las nubes y lluvia no ayudaban a realzar la variedad de tonos verdosos del paisaje y las claras aguas del Parque, el segundo, sin embargo, fuimos más afortunados y el sol radiaba en la fina y dorada arena que caracteriza el Abel Tasman. La naturaleza en su conjunto es realmente increíble.


Abel Tasman. NZ


Water Taxi en Abel Tasman. NZ

El segundo día, pasadas las 4 de la tarde un WaterTaxi -un yate lanzadera hasta el inicio del track-, vino a recogernos y a llevarse las canoas también. Asimismo, a nosotros nos tocaba seguir la ruta y, suerte la mía, que mis galleguiños conducían a Picton aquella misma tarde. Aproveché y me fui con ellos para hacer noche en un albergue que Saioa me recomendó y donde dormí con gente un poco extraña (una mujer había visto a fantasmas entrar por la ventana, una joven inglesa estaba borracha cuando llegué a las 20.45, otra alemana estaba ya durmiendo y una joven americana le picaba todo el cuerpo y aún no sabía porque). Al menos, tuve tiempo de meterme en el jacuzzi antes de irme a dormir, no sin antes tener a un israelí afuera contándome su travesía bajo la lluvia.

El camino hasta Picton, un pueblo pequeño industrial que una la isla sur con Wellignton, es una maravilla. La carretera bordea los acantilados que perfilan el final de la isla sur. Una lástima que durante el trayecto no dejó de llover.

El viernes sería una odisea. Ya acostumbrada a alzar mi cartelito en medio de la carretera y esperar, me fui a la salida del pueblo, después de declinar la oferta que me hizo la mujer que veía fantasmas ¿imagináis cómo hubiera sido la media hora hasta llegar a Bleheim? Total, luego esperé unos tres minutos hasta que un enorme camión pitó y paró. Su conductor abrió la puerta y me indicó subir los peldaños que lo separaban del ardén. Una vez arriba, amablemente me pasó los bultos que aguardan más abajo.




Este es Dennis, original de Christchurch, con 14 años a sus espaldas conduciendo un camión. Y poco menos, conduciendo ese camión haciendo el mismo recorrido cinco días a la semana: Chch-Picton-Chch. Cuando me recogió iba camino al sur, a Christchurch. Y yo también. El sábado actuaban mis amigos de Dunedin, Left or Right en un festival de música. Pero como aún era viernes y Dennis se ofreció a recogerme el día siguiente, hice noche en Kaikoura. Una de las atracciones más turísticas de la isla sur por sus actividades en el agua como es nadar con focas, bucear o tomar un ferry que te adentra hasta el punto donde ver delfines. Todo ello cuesta una barbaridad para lo que es. Porque puede que no veas delfines, por ejemplo.
Dennis, el camionero, me reservó noche en un albergue, que al parecer fue antigua cárcely una vez en Christchurch me condujo hasta allí. Sin, primero, pasar por el lavadero de camiones donde Dennis y el jefe del negocio me cantaron Silvia's Mother.

Ya en el albergue, una cena acompañada de un vino blanco, bastó para conocer a un alemán, dos holandesas y una italiana para animarles a venir conmigo al concierto. Después de aquella cena ya estaba un poco confundida con los nombres y nacionalidades que se iban uniendo a la fiesta. Solo, me queda decir que nos íbamos en un taxi 10 personas y que disfrutamos como enanos ¡y qué decir la ilusión que le dió a mis amigos verme allí! Yeaaaah...

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S. Aparicio Ramirez

1 comentario:

  1. vaya tela!!!! Xo q guay no??? Jooo A veces me dan ganas de irme alli y pasarmelo pipa contigo, jajaja. Miles de besos guapa y se feliz!!!! MARI.

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